En las últimas décadas, en la población española se ha observado una creciente mejora en cuanto a las expectativas de vida de las personas de edad madura y avanzada, según datos del INE. Este organismo ha comprobado que en España la esperanza de vida es de 80,9 años y la de las mujeres de 86,2 años, según los indicadores demográficos básicos de 2019. El dato es claro: cada vez vivimos más. Por tanto, a partir de cierta edad, quien más y quien menos debe empezar a prestar más atención a su salud.
Según este informe, más de la mitad de los españoles (el 52,85%) quiere pasar la vejez en su casa recurriendo cuando sea necesario al Servicio de Ayuda a Domicilio (SAD) y/o al Servicio de Teleasistencia. Y en el caso de que su nivel de autonomía no les permita permanecer en su domicilio habitual, las personas encuestadas contemplan a otras opciones, como las residencias de mayores o los pisos tutelados.
“El modelo de cuidados actual ha de dirigirse a prolongar la autonomía de nuestros mayores para que permanezcan el mayor tiempo posible en sus domicilios y retrasar la entrada en residencias. Para ello es fundamental impulsar mejoras en los servicios de atención domiciliaria sin olvidar la importancia de las innovaciones tecnológicas para potenciar esa autonomía y mejorar la calidad de vida”.
De todo lo anterior se infiere que la salud es un bien preciado que afortunadamente cada vez es más fácil prolongar y para eso es muy importante la actividad física. Por eso está cobrando tanta relevancia el papel de los fisioterapeutas en el cuidado de los mayores. Ya no tanto para realizar la recuperación de una lesión o convalecencia sino fundamentalmente para llevar a cabo actividades de estímulo y prevención que logren mantener la autonomía y salud física de la persona.
Una parte muy importante de la rutina diaria la ocupa la actividad física en la medida de lo posible para cada persona puesto que fomentar la autonomía forma parte de los programas y terapias de estos centros. Las actividades y talleres que se llevan a cabo están pensados para mantener y fomentar la capacidad de los usuarios. Los fisioterapeutas suelen combinar ejercicios que estimulen capacidades cognitivas y de movilidad para que sean lo más completos posible.
Es importante dar a los usuarios unos objetivos que quieran alcanzar. Para ello hay que generar empatía y conseguir la confianza de cada usuario para saber qué quieren y ofrecerles la mejor atención. Al conocer sus gustos y preferencias, se pueden instalar en esos dispositivos las aplicaciones preferidas por cada usuario: sopas de letras, puzles, juegos de bolos, tenis o fútbol virutal (que son los preferidos de los más activos) o simulaciones en las que se hace la compra en un supermercado, juegos consistentes en encontrar cosas…
“La mayor dificultad que se encuentran los mayores es el manejo de los mandos, ya que ellos pertenecen a una generación anterior al boom de los videojuegos, y eso supone un hándicap para algunos de ellos”. Sin embargo, los usuarios se muestran más participativos en las actividades que se llevan a cabo con estas pantallas que constituyen un gran avance porque con ellas se trabaja sobre todo la atención, el lenguaje y la memoria y se están obteniendo muy buenos resultados en estimulación cognitiva y mejora del estado de ánimo.
El trabajo de los profesionales en combinación con las nuevas tecnologías se está convirtiendo por tanto en elemento fundamental para un buen mantenimiento físico de las personas a partir de cierta edad, fuera de los tratamientos propios de recuperación de daños puntuales o enfermedades temporales o crónicas.